Sumérgete en la profunda esencia de la fidelidad divina a través de este artículo inspirador sobre los Salmos que destacan la fidelidad de Dios en la Biblia. Explora cómo estos versículos atemporales transmiten la confiabilidad y el compromiso de lo divino con la humanidad. Descubre cómo los Salmos sobre la fidelidad iluminan la relación entre lo humano y lo trascendental, infundiendo esperanza y seguridad en tiempos de incertidumbre. Desde la protección en la tormenta hasta la guía constante.
Yo confío en tu misericordia; mi corazón se alegra en tu salvación.
Señor, tú eres fiel con el que es fiel, e intachable con el que es intachable.
El Señor es mi pastor; nada me falta.
Misericordia y verdad son los caminos del Señor para quienes cumplen fielmente su pacto.
En tus manos encomiendo mi espíritu; ¡ponme a salvo, Señor, Dios de la verdad!.
Ciertamente, la palabra del Señor es recta; todo lo hace con fidelidad.
Pero tu misericordia, Señor, llega a los cielos; ¡tu fidelidad se extiende hasta las nubes!.
Mi corazón no ha ocultado tu justicia. He dado a conocer tu fidelidad y tu salvación. Nunca, en la reunión de mis hermanos, dejé de hablar de tu misericordia y tu verdad.
Pues tu bondad es grande como los cielos; ¡hasta las nubes llega tu verdad!.
Dios mío, Santo de Israel, yo te alabaré al son del salterio, y al son del arpa alabaré tu verdad.
Pero tú, Señor, eres un Dios compasivo y clemente, lento para la ira, pero grande en misericordia y verdad.
Por siempre alabaré la misericordia del Señor; de una generación a otra, mis labios exaltarán tu fidelidad.
Poderoso Señor, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? ¡Tu fidelidad te rodea!.
Mi verdad y misericordia estarán con él, y su poder será exaltado en mi nombre.
Anunciar tu misericordia por la mañana, y tu fidelidad todas las noches.
Delante del Señor, que ya viene! ¡Sí, el Señor viene a juzgar la tierra!
¡Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad!.
Se ha acordado de su misericordia y su verdad en favor del pueblo de Israel; ¡Todos los confines de la tierra son testigos de que nuestro Dios nos ha salvado!.
¡El Señor es bueno! ¡Su misericordia es eterna! ¡Su verdad permanece para siempre!.
Pues tu bondad es más grande que los cielos; ¡hasta las nubes llega tu verdad!.
No somos nosotros, Señor, no somos nosotros dignos de nada. ¡Es tu nombre el que merece la gloria por tu misericordia y tu verdad!.
¡Grande es su misericordia por nosotros! ¡La fidelidad del Señor permanece para siempre! ¡Aleluya!.
Los mandamientos que nos has dado son también justos y verdaderos.
Tu justicia es siempre justa, y tu ley es la verdad.
¡Alabemos al Señor, porque él es bueno! ¡Su misericordia permanece para siempre!.
De rodillas, y en dirección a tu santo templo, alabaré tu nombre por tu misericordia y fidelidad, por la grandeza de tu nombre y porque tu palabra está por encima de todo.
Señor, escucha mi oración atiende a mi súplica. Tú eres justo y fiel; ¡respóndeme!.
Tu reino es un reino de todos los siglos; tu dominio durará por todas las generaciones.
El Señor creó los cielos y la tierra, y el mar y todos los seres que contiene. El Señor siempre cumple su palabra.
Hace justicia a los oprimidos, y da de comer a los que tienen hambre. El Señor da libertad a los cautivos.
Y les devuelve la vista a los ciegos; El Señor levanta a los caídos; y ama a los que practican la justicia.