Descubre una colección de versículos bíblicos que celebran el poder y la importancia de la amistad en tu vida. En este post, encontrarás una cuidadosa selección de versículos que te inspirarán a cultivar relaciones auténticas y significativas.
Explora estas palabras sagradas llenas de sabiduría y amor, y aprende cómo construir lazos fuertes basados en la confianza y la lealtad. Descubre cómo la amistad puede enriquecer tu vida, brindarte apoyo en tiempos difíciles y ayudarte a crecer espiritualmente. No te pierdas esta oportunidad de explorar la belleza de la amistad según la Palabra de Dios y descubre cómo puedes nutrir y valorar tus amistades de manera significativa.
El amigo ama en todo momento; en tiempos de angustia es como un hermano (Pr 17:17).
Nadie tiene mayor amor que éste, que es el poner su vida por sus amigos (Jn 15:13).
Ya no los llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; yo los he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, se las he dado a conocer a ustedes (Jn 15:15).
Quien se junta con sabios, sabio se vuelve; quien se junta con necios, acaba mal (Pr 13:20).
El que es perverso provoca contiendas; el chismoso aparta a los mejores amigos (Pr 16:28).
Después de que David terminó de hablar con Saúl, sucedió que Jonatán se encariñó con David y lo quiso como a sí mismo (1 Sa 18:1).
Al amigo que sufre se le consuela, aunque se haya olvidado del Todopoderoso (Job 6:14).
El que traiciona a su amigo por ganancia, verá desfallecer de hambre a sus hijos (Job 17:5).
Después de que Job rogó por sus amigos, el Señor sanó también la aflicción de Job y aumentó al doble todo lo que Job había tenido (Job 42:10).
¡Qué bueno es, y qué agradable, que los hermanos convivan en armonía! (Sal 133:1).
El justo sabe guiar a su prójimo; el impío le hace perder el camino (Pr 12:26).
Hay amigos que no son amigos, y hay amigos que son más que hermanos (18:24).
Las riquezas atraen a muchos amigos, pero del pobre hasta sus amigos se apartan (Pr 19:4).
Muchos imploran el favor del generoso; todos son amigos del hombre que da regalos (Pr 19:6).
Son más confiables las heridas del que ama, que los falsos besos del que aborrece (Pr 27:6).
Tú, Dios nuestro, expulsaste de la presencia de tu pueblo Israel a los habitantes de esta tierra, y se la diste para siempre a los descendientes de Abrahán, tu amigo (2 Cro 20:7).
El rey ama y brinda su amistad al hombre de corazón puro y labios amables (Pr 22:11).
El bálsamo y el perfume alegran el corazón; los consejos del amigo alegran el alma (Pr 27:9).
Si uno de ellos se tropieza, el otro lo levanta. ¡Pero ay de aquel que tropieza y no hay quien lo levante! (Ec 4:10).
Pero tú, Israel, eres mi siervo; tú, Jacob, a quien yo escogí, desciendes de mi amigo Abrahán (Is 41:8).
Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados (Lc 6:31).
Y se cumplió la Escritura que dice: «Abrahán creyó a Dios, y eso le fue contado por justicia», por lo que fue llamado «amigo de Dios» (Stg 2:23).
Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando (Jn 15:14).
No se dejen engañar: las malas compañías corrompen las buenas costumbres (1 Co 15:33).
Entonces el SEÑOR hablaba a Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Después regresaba Moisés al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su ayudante, no se apartaba de la tienda (Ex 33:11).
¡Ay, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios (Stg 4:4).
Le preguntarán: ‘¿Qué heridas son estas en tus manos?’. Y él responderá: ‘Con ellas fui herido en la casa de mis amigos’ (Zac 13:6).
El hierro se pule con el hierro, y el hombre se pule en el trato con su prójimo.
Dos son mejor que uno, porque sacan más provecho de sus afanes.
No tengas nada que ver con gente violenta, ni te hagas amigo de gente agresiva, para que no imites su conducta y tú mismo te tiendas una trampa.
No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre, ni visites a tu hermano cuando estés afligido. Es mejor vecino cercano que hermano lejano.
Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva.
El que perdona el pecado, busca afecto; el que lo divulga, aleja al amigo.
En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. Así también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.
Por lo tanto, anímense y edifíquense unos a otros, como en efecto ya lo hacen.
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Gracias por haberlo formatearlo tan asequible