Explora los Salmos de Perseverancia y encuentra inspiración en la lucha constante por la fe y la resistencia ante las pruebas. Estos versículos te guiarán a través de desafíos, brindándote la fortaleza espiritual para perseverar. Descubre la esperanza y determinación que solo los Salmos de Perseverancia pueden proporcionar.
¡Espera en el Señor! ¡Infunde a tu corazón ánimo y aliento! ¡Sí, espera en el Señor!
Ustedes, los que esperan en el Señor, ¡esfuércense, y cobren ánimo!
Si el hombre cae, no se queda en el suelo porque el Señor lo sostiene de la mano.
¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!
Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma; sólo en él he puesto mi esperanza.
Tú, Señor, nos has preservado la vida, y no has dejado que resbalen nuestros pies.
Pero yo siempre confiaré en ti, y más y más te alabaré.
Señor, guíame por el camino de tus estatutos, y yo los obedeceré hasta el fin.
Yo cumpliré siempre tu ley, desde ahora y para siempre.
Aliméntame con tu palabra, y viviré; ¡no permitas que se frustre mi esperanza!
Señor, espero que me salves; mientras viva, cumpliré tus mandamientos.
Señor, toda mi vida he esperado en ti, y he confiado en tus promesas.
Cuando te llamé, me respondiste, y mi alma desfallecida se llenó de vigor.
Por eso, Señor y Dios, mis ojos te buscan. En ti confío. ¡No me desampares!
Tú, Señor, levantas a los que tropiezan, y reanimas a los que están fatigados.
El Señor no se deleita en los caballos briosos, ni se complace en la agilidad de los jinetes; El Señor se complace en los que le honran, y en los que confían en su misericordia.
Yo te espero, Señor, con toda el alma, como esperan los centinelas la mañana, como esperan los vigilantes el nuevo día.
Cuando me encuentre angustiado, tú me infundirás nueva vida; Me defenderás de la ira de mis enemigos, y con tu diestra me levantarás victorioso.
Yo sé que tú, Señor, defiendes a los pobres y les haces justicia a los afligidos.
Confía en el Señor, y practica el bien; así heredarás la tierra y la verdad te guiará.
Tú espera en el Señor, y sigue su camino, y él te exaltará, y heredarás la tierra; y cuando los pecadores sean destruidos, tú estarás allí para verlo.
¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!
¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!
Tú, Señor mi Dios, eres mi esperanza; tú me has dado seguridad desde mi juventud.
Siento que me muero esperando tu salvación, pero sigo confiando en tu palabra.
Señor, yo espero que me salves, porque me deleito en tu ley.
Señor, toda mi vida he esperado en ti, y he confiado en tus promesas.
Israel, confía en el Señor, porque el Señor es misericordioso; ¡en él hay abundante redención!
Todos fijan en ti su mirada, y tú les das su comida a su tiempo.
¡Dichosos los que confían en el Dios de Jacob, los que cuentan con la ayuda de Dios, el Señor!