Explora los Salmos sobre la Paz de Dios y sumérgete en la tranquilidad espiritual que ofrecen. Descubre cómo estos versículos te guiarán hacia la serenidad interior y la armonía en medio de la vida cotidiana. Encuentra consuelo y fortaleza en la Palabra mientras cultivas la paz en tu corazón.
Por eso me acuesto y duermo en paz, porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado.
El Señor infunde poder a su pueblo y lo bendice con la paz.
Apártense del mal y practiquen el bien; busquen la paz, y no la abandonen.
Pero los humildes heredarán la tierra y disfrutarán de gran bienestar.
Fíjate en quienes son íntegros y justos: Hay un final venturoso para la gente pacífica.
Escucharé lo que Dios el Señor va a decir; va a hablar de paz a su pueblo y a sus santos, para que no caigan en la locura.
Los que aman tu ley viven en completa paz, porque saben que no tropezarán.
¡Ya he convivido mucho tiempo con los que no pueden vivir en paz! Aunque soy un hombre de paz, cuando les hablo, me declaran la guerra.
Pidamos por la paz de Jerusalén, y porque prosperen los que te aman. Que haya paz dentro de tus murallas, y se respire tranquilidad en tus palacios.
El Señor mantiene en paz tus fronteras, y te sacia con lo mejor del trigo.
Los que aman tu ley viven en completa paz, porque saben que no tropezarán.
¡Qué bueno es, y qué agradable, que los hermanos convivan en armonía!
En Salén está su tabernáculo, y en Sión está el lugar donde reside.
El Señor los ayuda y los pone a salvo; los libra y los pone a salvo de los impíos porque ellos pusieron en él su esperanza.
El Señor infunde poder a su pueblo y lo bendice con la paz.
Se encontrarán la misericordia y la verdad, se besarán la justicia y la paz.
¡Ya he convivido mucho tiempo con los que no pueden vivir en paz!
Por mis hermanos y mis compañeros, ruego a Dios que haya paz en ti.
¡Que llegues a ver a tus nietos! ¡Que haya paz en Israel!
El Señor mantiene en paz tus fronteras, y te sacia con lo mejor del trigo.
Fíjate en quienes son íntegros y justos: Hay un final venturoso para la gente pacífica.
Escucharé lo que Dios el Señor va a decir; va a hablar de paz a su pueblo y a sus santos, para que no caigan en la locura.
Que haya paz dentro de tus murallas, y se respire tranquilidad en tus palacios.
Los que aman tu ley viven en completa paz, porque saben que no tropezarán.
¡Qué bueno es, y qué agradable, que los hermanos convivan en armonía!
En Salén está su tabernáculo, y en Sión está el lugar donde reside.
El Señor los ayuda y los pone a salvo; los libra y los pone a salvo de los impíos porque ellos pusieron en él su esperanza.
El Señor infunde poder a su pueblo y lo bendice con la paz.
Se encontrarán la misericordia y la verdad, se besarán la justicia y la paz.
¡Que llegues a ver a tus nietos! ¡Que haya paz en Israel!