Descubre un refugio espiritual en los Salmos de esperanza en Dios durante la angustia a través de este conmovedor artículo. Explora cómo las palabras de Dios han sido faros de luz en la oscuridad, transmitiendo confianza y consuelo. Descubre cómo los versículos inspiran a encontrar fuerza en la fe, incluso en los momentos más difíciles.
Porque no siempre serán olvidados los pobres, ni todo el tiempo se desvanecerá su esperanza.
Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma; sólo en él he puesto mi esperanza.
¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!.
Gran regocijo hay en mi corazón y en mi alma; todo mi ser siente una gran confianza.
Pero eres tú quien me dio la vida, eres tú quien me infundió confianza desde que era un niño de pecho.
No permitas que sean avergonzados los que en ti ponen su esperanza;
más bien, que sean puestos en vergüenza los que sin razón se rebelan contra ti.
Todo el día espero en ti; ¡enséñame a caminar en tu verdad, pues tú eres mi Dios y salvador!.
¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!.
Ustedes, los que esperan en el Señor, ¡esfuércense, y cobren ánimo!.
El Señor mira atentamente a quienes le temen, a quienes confían en su misericordia.
Señor, sea tu misericordia sobre nosotros, tal y como lo esperamos de ti.
El Señor rescata el alma de sus siervos; no serán condenados los que en él confían.
Tú espera en el Señor, y sigue su camino, y él te exaltará, y heredarás la tierra; y cuando los pecadores sean destruidos, tú estarás allí para verlo.
Señor, yo confío en ti; ¡tú, Señor mi Dios, responderás por mí!.
Señor, ¿qué puedo esperar, si en ti he puesto mi esperanza?.
Yo puse mi esperanza en el Señor, y él inclinó su oído y escuchó mi clamor.
¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!.
Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma; sólo de él viene mi salvación.
Tú, Señor mi Dios, eres mi esperanza; tú me has dado seguridad desde mi juventud.
Pero yo siempre confiaré en ti, y más y más te alabaré.
Me has guiado para seguir tu consejo, y al final me recibirás en gloria.
No quites de mis labios la verdad de tu palabra, pues he puesto mi esperanza en tu justicia.
Recuerda las promesas que me hiciste, en las cuales he puesto mi esperanza.
Cuando me vean los que te honran, se alegrarán, porque en tu palabra he puesto mi esperanza.
Siento que me muero esperando tu salvación, pero sigo confiando en tu palabra.
Tú eres mi escondite; eres mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza.
Clamo a ti antes de que amanezca, y me quedo esperando tu respuesta.
Señor, espero que me salves; mientras viva, cumpliré tus mandamientos.
Señor, toda mi vida he esperado en ti, y he confiado en tus promesas.
Israel, confía en el Señor, porque el Señor es misericordioso; ¡en él hay abundante redención!.
Israel, ¡confía en el Señor desde ahora y para siempre!.
Porque tú, Señor, defiendes a tu pueblo y te compadeces de tus siervos.
El Señor se complace en los que le honran, y en los que confían en su misericordia.
¡Dichosos los que confían en el Dios de Jacob, los que cuentan con la ayuda de Dios, el Señor!.
Yo te espero, Señor, con toda el alma, como esperan los centinelas la mañana, como esperan los vigilantes el nuevo día.
Cuando me vean los que te honran, se alegrarán, porque en tu palabra he puesto mi esperanza.
¡Protege mi integridad y rectitud, pues en ti he puesto mi esperanza!.