Descubre la confianza inquebrantable en Dios a través de nuestros Salmos. Estos versículos atemporales fortalecen la fe y brindan consuelo en tiempos de incertidumbre. Sumérgete en la profundidad de la confianza divina presente en los Salmos y encuentra la fortaleza espiritual para enfrentar la vida con seguridad y esperanza.
Ofrezcan al Señor sacrificios de justicia y pongan su confianza en él.
En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, proteges a los que te buscan.
Yo confío en tu misericordia; mi corazón se alegra en tu salvación.
Cuídame, oh Dios, porque en ti confío.
Algunos confían en sus carros de guerra; otros confían en su caballería, Pero nosotros confiamos en el Nombre, ¡confiamos en el Señor, nuestro Dios!
Nuestros padres confiaron en ti; en ti confiaron, y tú los libraste.
Eres mi Dios, y en ti confío; ¡no permitas que mis enemigos me avergüencen y se burlen de mí!
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién podría yo temer? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿quién podría infundirme miedo?
Tú, Señor, eres mi escudo y mi fuerza; en ti confía mi corazón, pues recibo tu ayuda. Por eso mi corazón se alegra y te alaba con sus cánticos.
Señor, yo confío en ti, pero odio a los que adoran ídolos huecos.
Señor, yo confío en ti, y declaro que tú eres mi Dios.
Al malvado le esperan muchas aflicciones, pero la misericordia del Señor acompaña a todos los que confían en él.
Por él se alegra nuestro corazón; confiamos en su santo nombre.
¡Prueben ustedes mismos la bondad del Señor! ¡Dichoso aquél que en él confía!
Dios mío, ¡cuán preciosa es tu misericordia! ¡La humanidad se acoge a la sombra de tus alas!
Confía en el Señor, y practica el bien; así heredarás la tierra y la verdad te guiará.
Pon tu camino en las manos del Señor; confía en él, y él se encargará de todo;
Puso en mis labios un nuevo canto, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos vieron esto y temieron, y pusieron su esperanza en el Señor.
¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!
Pero yo, cuando tengo miedo, confío en ti.
Pueblos todos, ¡confíen siempre en Dios! ¡Vacíen delante de él su corazón! ¡Dios es nuestro refugio!
Los justos se regocijarán en el Señor y pondrán en él su confianza. ¡Todos los rectos de corazón lo alabarán!
Dice al Señor: «Tú eres mi esperanza, mi Dios, ¡el castillo en el que pongo mi confianza!»
Pueblo de Israel, confía en el Señor; él es quien te ayuda y te protege.
Es mejor confiar en el Señor que confiar en simples mortales.
Los que confían en el Señor son semejantes al monte Sión, que jamás se mueve, que siempre está en su lugar.
No pongan su confianza en los poderosos, ni en ningún mortal, porque no pueden salvar.
¡Dichosos los que confían en el Dios de Jacob, los que cuentan con la ayuda de Dios, el Señor!
El Señor se complace en los que le honran, y en los que confían en su misericordia.
El Señor creó los cielos y la tierra, y el mar y todos los seres que contiene. El Señor siempre cumple su palabra.