Explora la esencia de la alegría divina a través de este inspirador artículo sobre los Salmos de gozo, felicidad y alegría en Dios. Sumérgete en la poesía sagrada que trasciende los siglos, capturando la esencia de la dicha espiritual en medio de la vida cotidiana. Descubre cómo estos Salmos transmiten una conexión profunda con lo divino a través de la celebración, la esperanza y la renovación del espíritu. Desde la alabanza en tiempos de regocijo hasta la búsqueda constante de la felicidad.
Tú pusiste en mi corazón más alegría que la de tener trigo y vino en abundancia.
Pero que se alegren todos los que en ti confían; que griten siempre de júbilo, porque tú los defiendes; que vivan felices los que aman tu nombre.
Tú me enseñas el camino de la vida; con tu presencia me llenas de alegría; ¡estando a tu lado seré siempre dichoso!
Los preceptos del Señor son rectos: alegran el corazón. El mandamiento del Señor es puro: da luz a los ojos.
Señor, el rey se alegra por tu poder; grande es su gozo por tu salvación.
Su enojo dura sólo un momento, pero su bondad dura toda la vida. Tal vez lloremos durante la noche, pero en la mañana saltaremos de alegría.
Ustedes, los hombres justos, ¡alégrense y regocíjense en el Señor! Y ustedes, los de recto corazón, ¡canten todos llenos de alegría!
Ustedes los justos, ¡alégrense en el Señor! ¡Hermosa es la alabanza de los hombres íntegros!
Entonces yo me alegraré en el Señor; ¡me regocijaré en su salvación!
Pienso en esto, y se me parte el alma; me acuerdo cuando acompañaba yo a la multitud, cuando la conducía hasta el templo de Dios entre voces de alegría y de alabanza, entre la alegría del pueblo en fiesta.
Pueblos todos, ¡agiten las manos! ¡Aclamen a Dios con voces de júbilo!
¡Lléname de gozo y alegría, y revivirán estos huesos que has abatido!
Mi alma quedará del todo satisfecha, como si comiera los mejores platillos, y mis labios te aclamarán jubilosos.
Ustedes, habitantes de toda la tierra, ¡aclamen a Dios con alegría!
Pero los justos se alegrarán delante de Dios; ¡llenos de gozo, saltarán de alegría!
¡Vengan y con alegría aclamemos al Señor! ¡Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación! ¡Lleguemos ante su presencia con alabanza! ¡Aclamémosle con cánticos!
¡Que se alegren los cielos y se regocije la tierra! ¡Que brame el mar y todo lo que contiene!
La luz se difunde sobre los justos, y alegra a los rectos de corazón.
¡Sirvan al Señor con alegría! ¡Vengan a su presencia con regocijo!
¡Regocíjense en su santo nombre! ¡Alégrense de corazón los que buscan al Señor!
Nuestra boca se llenará de risa; nuestra lengua rebosará de alabanzas. Entonces las naciones dirán: «¡El Señor ha hecho grandes cosas por éstos!»
¡Que tus sacerdotes se revistan de justicia, y que se alegre el pueblo que te es fiel!
Jerusalén, ¡que la lengua se me pegue al paladar, si acaso no llego a recordarte ni te pongo por encima de mis alegrías!
¡Que Israel se alegre en su creador! ¡Que los hijos de Sión se regocijen por su Rey!
¡Alabado sea al ritmo del pandero! ¡Alabado sea con flautas e instrumentos de cuerda!