Este revelador artículo invita a sumergirse en la profunda esencia de los Salmos de agradecimiento y Acción de Gracias a Dios. Explora cómo estos antiguos cánticos trascienden las palabras, expresando gratitud por bendiciones recibidas y por la maravilla de la vida. Descubre cómo los Salmos de agradecimiento unen a personas de diferentes tradiciones en un sentimiento común de aprecio. Desde la celebración de logros personales hasta la reconocimiento de la providencia divina.
Gracias te damos, Dios mío, gracias te damos, porque tu nombre está cerca de nosotros. ¡Todos hablan de tus hechos portentosos!.
Señor, te alabaré de todo corazón y hablaré de todos tus portentos.
Entremos por sus puertas y por sus atrios con alabanzas y con acción de gracias; ¡Alabémosle, bendigamos su nombre!.
Por eso alabo al Señor entre los pueblos, y canto salmos a su nombre.
¡Alabemos al Dios de los cielos! ¡Su misericordia permanece para siempre!
Ustedes, pueblo fiel del Señor, ¡canten salmos y alaben su santo nombre!
¡Lleguemos ante su presencia con alabanza! ¡Aclamémosle con cánticos!
Para que cante salmos a tu gloria. Señor, mi Dios: ¡no puedo quedarme callado! ¡siempre te daré gracias!
¡Ofrezcámosle sacrificios de gratitud, y jubilosos proclamemos sus obras!
Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca.
El sacrificio que te ofrezco es mi alabanza; voy, Señor, a proclamar tu nombre.
Yo hablaré de ti en medio de la multitud; ¡te alabaré delante de todo el pueblo!
Te alabo, Señor, porque me escuchas, y porque me das tu salvación.
Así alabaré entre cánticos tu nombre; ¡te exaltaré con alabanzas!
Señor y Dios mío, yo te alabaré con todo el corazón, y por siempre glorificaré tu nombre.
¡Cuán bueno es alabarte, Señor! Bueno es, Altísimo, cantar salmos a tu nombre,
¡Bendice, alma mía, al Señor! ¡Bendiga todo mi ser su santo nombre! ¡Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de sus bendiciones!
¡Alaben al Señor, invoquen su nombre! ¡Que los pueblos reconozcan sus obras!
¡Aleluya! ¡Alabemos al Señor, porque él es bueno, porque su misericordia permanece para siempre.
¡Alabemos al Señor, porque él es bueno; porque su misericordia es constante!
¿Con qué voy a pagarle al Señor tantas bendiciones que de él he recibido?
¡Alabemos al Señor, porque él es bueno; porque su misericordia permanece para siempre!
Te alabo, Señor, porque me escuchas, y porque me das tu salvación.
Te alabaré con un corazón sincero cuando haya aprendido tus justas sentencias.
¡Alabemos al Señor, porque él es bueno! ¡Su misericordia permanece para siempre!
Te alabaré de todo corazón, y ante todos los dioses te cantaré salmos.
Te alabo porque tus obras son formidables, porque todo lo que haces es maravilloso. ¡De esto estoy plenamente convencido!
Por eso los hombres justos y rectos alaban tu nombre y vivirán en tu presencia.
Te exaltaré, mi Dios, mi Rey; por siempre y siempre bendeciré tu nombre. Todos los días te bendeciré, por siempre y siempre alabaré tu nombre.
Mientras yo viva, alabaré al Señor; todos los días de mi vida le cantaré salmos.