Explora los Salmos que nos inspiran a buscar a Dios. Estos versículos atemporales son una guía espiritual que ilumina nuestro camino en la búsqueda del Creador. Encuentra inspiración, dirección y consuelo en estos Salmos que nos ayudan a profundizar nuestra conexión con lo divino.
En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, proteges a los que te buscan.
Desde el cielo, observa el Señor a la humanidad, para ver si hay alguien con sabiduría, que busque a Dios.
Así son todos los que te buscan, los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.
Le he pedido al Señor, y sólo esto busco: habitar en su casa todos los días de mi vida, para contemplar su hermosura y solazarme en su templo.
A mi corazón le pides buscar tu rostro, y yo, Señor, tu rostro busco.
Busqué al Señor, y él me escuchó, y me libró de todos mis temores.
Pero que se alegren todos los que te buscan; Señor, que siempre proclamen tu grandeza todos los que aman tu salvación.
Desde el cielo, Dios observa a la humanidad para ver si hay alguien con sabiduría que busque a Dios.
Dios mío, ¡tú eres mi Dios! Yo te buscaré de madrugada. Mi alma desfallece de sed por ti; mi ser entero te busca con ansias, en terrenos secos e inhóspitos, sin agua,
Al ver esto, los oprimidos se alegrarán. Busquen a Dios, y vivirá su corazón;
Pero que se alegren en ti todos los que te buscan; que los que aman tu salvación digan siempre: «¡Grande es nuestro Dios!»
Busqué al Señor cuando me vi angustiado; por las noches, sin cesar, a él levanté mis manos; pues mi alma rehusaba ser consolada.
¡Mi alma anhela ardientemente estar, Señor, en tus atrios! ¡A ti, Dios de la vida, elevan su canto mi corazón y todo mi ser!
¡Regocíjense en su santo nombre! ¡Alégrense de corazón los que buscan al Señor!
Dichosos los que cumplen sus testimonios, y lo buscan de todo corazón.
Yo te he buscado de todo corazón; ¡no dejes que me aparte de tus mandamientos!
Sólo así seré completamente libre, pues he buscado seguir tus mandamientos.
Mi vida te pertenece; ¡sálvame, Señor, pues yo estudio tus mandamientos!
Los malvados están lejos de tu salvación, porque no buscan tus estatutos.
Ando sin rumbo, como oveja perdida; ¡ven en busca de este siervo tuyo que no ha olvidado tus mandamientos!
Cuando te llamé, me respondiste, y mi alma desfallecida se llenó de vigor.
Elevo mis manos hacia ti, pues tengo sed de ti. ¡Soy como tierra seca!
Tú, Señor, estás cerca de quienes te invocan, de quienes te invocan con sinceridad.
El Señor se complace en los que le honran, y en los que confían en su misericordia.
¡Que alaben al Señor todos sus fieles! ¡Que lo alabe Israel, su pueblo cercano! ¡El Señor ha dado poder a su pueblo! ¡Aleluya!