El poder de Dios infunde temor; él hace la paz en las alturas de los cielos (Job 25:2).
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado (Sal 4:8).
El Señor dará fortaleza a su pueblo; el Señor bendecirá a su pueblo con paz (Sal 29:11).
Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela (Sal 34:14).
Los que aman tu ley viven en completa paz, porque saben que no tropezarán (Sal 119:165).
Sus caminos son un deleite, y en todas sus veredas hay paz (Pr 3:17).
Porque un niño nos ha nacido, ¡un hijo nos ha sido concedido! Sobre sus hombros llevará el principado, y su nombre será «Consejero admirable», «Dios fuerte», «Padre Eterno» y «Príncipe de paz» (Is 9:6).
Tú guardas en completa paz a quien siempre piensa en ti y pone en ti su confianza (Is 26:3).
Si hubieras prestado atención a mis mandamientos, tu paz habría fluido como un río, y tu justicia sería como las olas del mar (Is 48:18).
Pero él será herido por nuestros pecados; ¡molido por nuestras rebeliones! Sobre él vendrá el castigo de nuestra paz, y por su llaga seremos sanados (Is 53:5).
Haré con mis ovejas un pacto de paz, y quitaré de la tierra a las fieras salvajes; así mis ovejas podrán habitar seguras en el desierto y dormir en los bosques (Ez 34:25).
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios (Mt 5:9).
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios. La aurora nos visitó desde lo alto, para alumbrar a los que viven en tinieblas y en medio de sombras de muerte; para encaminarnos por la senda de la paz (Lc 1:78-79).
En ese momento apareció, junto con el ángel, una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra a todos los que gozan de su favor! (Lc 2:13-14).
La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo (Jn 14:27).
Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo (Jn 16:33).
Dios envió un mensaje a los hijos de Israel, y en él les anunciaba las buenas noticias de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos (Hch 10:36).
Así, pues, justificados por la fe tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Ro 5:1).
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz (Ro 8:6).
Si es posible, y en cuanto dependa de nosotros, vivamos en paz con todos (Ro 12:18).
Porque el reino de Dios no es cuestión de comida ni de bebida, sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Ro 14:17).
Que el Dios de paz sea con todos ustedes. Amén (Ro 15:33).
Muy pronto el Dios de paz aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes (Ro 16:20).
Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos (1 Co 14:33).
Por lo demás, hermanos, regocíjense, perfecciónense, consuélense; sean de un mismo sentir, y vivan en paz. Y el Dios de la paz y del amor estará con ustedes (2 Co 13:11).
Que tengan gracia y paz de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo (Ga 1:3).
Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley.
Porque él es nuestra paz. De dos pueblos hizo uno solo, al derribar la pared intermedia de separación (Ef 2:14).
Procuren mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (Ef 4:3).
Y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús (Filp 4:7).
Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz (Col 1:20).
Que en el corazón de ustedes gobierne la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos (Col 3:15).
Ténganlos en alta estima y ámenlos por causa de su obra. Y ustedes, vivan en paz (1 Tes 5:13).
Que el Señor de paz mismo les dé paz siempre y en toda circunstancia. Que el Señor esté con todos ustedes (1 Tes 3:16).
Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con aquellos que con un corazón limpio invocan al Señor (2 Ti 2:22).
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Me encantó leer todos los versículos que mencionan la paz!!!
Quiero vivir el don de la paz de Dios