Versículos Bíblicos sobre el Espíritu Santo de Dios
Descubre poderosos versículos bíblicos sobre el Espíritu Santo de Dios. Encuentra inspiración en Su guía y consuelo en tu caminar espiritual. Explora cómo el Espíritu Santo intercede por nosotros y nos capacita con dones espirituales.
Encuentra fortaleza en Su presencia constante en nuestras vidas y experimenta Su transformación en ti. Descubre cómo el Espíritu Santo influye en la adoración, la comunión y el crecimiento de la Iglesia. Sumérgete en la Palabra de Dios y permite que el Espíritu Santo te llene con Su amor y sabiduría. Deja que Su poder fluya a través de ti mientras descubres los tesoros espirituales que ofrece.
Hechos 1:8
Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
1 Corintios 2:12-13
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que entendamos lo que Dios nos ha dado, de lo cual también hablamos, pero no con palabras aprendidas de la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, que explican las cosas espirituales con términos espirituales.
Lucas 4:18
El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha ungido para proclamar buenas noticias a los pobres; me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos, a dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos.
1 Juan 3:24
El que obedece sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. En esto sabemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que él nos ha dado.
1 Corintios 6:19
¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes, y que recibieron de parte de Dios, y que ustedes no son dueños de sí mismos?
Hechos 8:17
En cuanto les impusieron las manos, recibieron el Espíritu Santo.
Juan 3:5
Jesús le respondió: De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Juan 3:6
Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.
Mateo 28:19
Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Romanos 8:26
De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues no sabemos qué nos conviene pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Romanos 8:27
Pero el que examina los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.
Génesis 1:2
La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas cubrían la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
Miqueas 3:8
En cambio, yo estoy lleno del poder del Espíritu del Señor; lleno de justicia y de fuerza, para denunciar la rebelión de Jacob y el pecado de Israel.
Juan 14:16-17
Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre: es decir, el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir porque no lo ve, ni lo conoce; pero ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes, y estará en ustedes.
Juan 14:26
Pero el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, los consolará y les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que yo les he dicho.
Lucas 1:35
El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el Santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.
Efesios 4:4
Así como ustedes fueron llamados a una sola esperanza, hay también un cuerpo y un Espíritu,
1 Corintios 12:13
Por un solo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, tanto los judíos como los no judíos, lo mismo los esclavos que los libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
Mateo 12:31
Por tanto, les digo: A ustedes se les perdonará todo pecado y blasfemia, excepto la blasfemia contra el Espíritu.
Juan 15:26
Pero cuando venga el Consolador, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre y a quien yo les enviaré de parte del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
Juan 16:7
Pero les digo la verdad: les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a ustedes; pero si me voy, yo se lo enviaré.
Mateo 10:20
Porque no serán ustedes los que hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por ustedes.
Romanos 5:5
Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.
Romanos 8:15
Pues ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice nuevamente al miedo, sino que han recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Romanos 8:16
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Isaías 32:15
Hasta que venga sobre nosotros el espíritu de lo alto. Entonces el desierto se convertirá en campo fértil, y el campo fértil será visto como bosque.
Juan 4:24
Dios es Espíritu; y es necesario que los que lo adoran, lo adoren en espíritu y en verdad.
Romanos 14:17
Porque el reino de Dios no es cuestión de comida ni de bebida, sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Gálatas 5:22-23
Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley.
1 Corintios 3:16
¿No saben que ustedes son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
Juan 1:33
Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquél sobre quien veas que el Espíritu desciende, y que permanece sobre él, es el que bautiza con el Espíritu Santo.”
Job 33:4
El espíritu de Dios me ha creado; el soplo del Todopoderoso me dio vida.
Hechos 2:38
Y Pedro les dijo: «Arrepiéntanse, y bautícense todos ustedes en el nombre de Jesucristo, para que sus pecados les sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo.
Hechos 2:4
Todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu los llevaba a expresarse.
Marcos 13:11
Cuando los arresten y los hagan comparecer, no se preocupen por lo que deben decir, sino sólo digan lo que en ese momento les sea dado decir. Porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo.