La Biblia nos enseña sobre la importancia del discernimiento en Proverbios 3:21-22, donde se nos dice: «Hijo mío, no pierdas de vista la sensatez; guárdala en lo más profundo de tu corazón. Ellas serán vida para ti, adorno para tu cuello».
Este pasaje nos recuerda que el discernimiento es un regalo invaluable que debemos buscar y cultivar en nuestras vidas. El discernimiento nos capacita para comprender la verdad, distinguir entre el bien y el mal, y tomar decisiones sabias y prudentes.
A través del discernimiento, podemos percibir la voluntad de Dios y entender cuál es el camino correcto a seguir. Nos ayuda a evitar los engaños y las trampas del mundo, y nos guía hacia una vida de integridad y plenitud. El discernimiento requiere humildad y la disposición de buscar la sabiduría divina. Nos insta a profundizar en la Palabra de Dios, a orar por dirección y a buscar el consejo de personas sabias y piadosas. este post contiene versículos bíblicos que hablan sobre el discernimiento.
La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que las espadas de dos filos, pues penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Si pides la ayuda de la inteligencia y llamas a gritos a la prudencia, si la buscas como a la plata, y la rebuscas como a un tesoro, entonces sabrás lo que es temer al Señor, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da la sabiduría; de sus labios brotan conocimiento e inteligencia.
Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche.
Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.
Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.
El alimento sólido es para los que ya han alcanzado la madurez, para los que pueden discernir entre el bien y el mal, y han ejercitado su capacidad de tomar decisiones.
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son una locura; y tampoco las puede entender, porque tienen que discernirse espiritualmente. En cambio, el hombre espiritual juzga todas las cosas, pero él no está sujeto al juicio de nadie.
Y esto le pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprueben lo mejor, a fin de que sean sinceros e irreprensibles para el día de Cristo,
Amados, no crean a todo espíritu, sino pongan a prueba los espíritus, para ver si son de Dios. Porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
Examínenlo todo; retengan lo bueno. Absténganse de toda especie de mal.
Y comprueben lo que es agradable al Señor.
Todo me está permitido, pero no todo me conviene. Todo me está permitido, pero no permitiré que nada me domine.
La palabra de Cristo habite ricamente en ustedes. Instrúyanse y exhórtense unos a otros con toda sabiduría; canten al Señor salmos, himnos y cánticos espirituales, con gratitud de corazón.
El inexperto cree todo lo que oye; el que es astuto mira por dónde anda.
Cuídense de los falsos profetas, que vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. Por esto sabemos cuál es el espíritu de la verdad, y cuál es el espíritu del error.
El corazón entendido tiene hambre de saber; la boca del necio se alimenta de tonterías.
Pero la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura, y además pacífica, amable, benigna, llena de compasión y de buenos frutos, ecuánime y genuina.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que entendamos lo que Dios nos ha dado, de lo cual también hablamos, pero no con palabras aprendidas de la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, que explican las cosas espirituales con términos espirituales.
No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor.
Clama a mí, y yo te responderé; te daré a conocer cosas grandes y maravillosas que tú no conoces.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Hijo mío, preserva la ley y el consejo; nunca pierdas esto de vista. Éstos infundirán vida a tu alma y adornarán tu cuello. Así podrás andar confiado en tu camino, y nunca tus pies tropezarán.
Tu palabra es una lámpara a mis pies; ¡es la luz que ilumina mi camino!
Es de necios confiar en el propio corazón; el que camina sabiamente saldrá bien librado.