Descubre una poderosa recopilación de versículos bíblicos que te guiarán en un viaje de agradecimiento a Dios. En este post, encontrarás una selección cuidadosamente elegida de versículos que te inspirarán a expresar gratitud por las bendiciones recibidas y a reconocer la generosidad de Dios en tu vida.
Explora estas palabras sagradas llenas de esperanza y fortaleza, y aprende cómo cultivar una actitud de gratitud en cada aspecto de tu existencia. Sumerge tu corazón y mente en las enseñanzas divinas y descubre cómo el agradecimiento puede transformar tu vida. No pierdas la oportunidad de experimentar la paz y la alegría que provienen de expresar tu gratitud hacia Dios.
Cuando ustedes me ofrezcan un sacrificio de acción de gracias, deberán hacerlo de tal manera que me sea aceptable (Lev 22:29).
¡Aclamen al Señor, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna (1 Cro 16:34).
Y entonaban alabanzas de gratitud al Señor, y decían: «Dios es bueno, y su misericordia por Israel es eterna». Y todo el pueblo unánime alababa a Dios con júbilo al ver cómo se echaban los cimientos del templo del Señor (Esd 3:11).
Gracias te damos, Dios mío, gracias te damos, porque tu nombre está cerca de nosotros. ¡Todos hablan de tus hechos portentosos! (Sal 75:1).
Entremos por sus puertas y por sus atrios con alabanzas y con acción de gracias; ¡Alabémosle, bendigamos su nombre! (Sal 100:4).
A ti, Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado fuerza y sabiduría, y ahora me has revelado lo que te pedimos: ¡nos has dado a conocer el asunto del rey! (Da 2:23).
Y cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, abrió las ventanas de su alcoba que daban hacia Jerusalén, y tres veces al día se arrodillaba y oraba a su Dios, dándole gracias como acostumbraba hacerlo (Da 6:10).
Luego tomó los siete panes y los pescados, dio gracias, y los partió y dio a sus discípulos, y ellos a la multitud (Mt 15:36).
Después tomó la copa, y luego de dar gracias, la entregó a sus discípulos y les dijo: Beban de ella todos (Mt 26:27).
Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, volvió alabando a Dios a voz en cuello, y rostro en tierra se arrojó a los pies de Jesús y le dio las gracias. Este hombre era samaritano (Lc 17:15-16).
Entonces quitaron la piedra. Y Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: Padre, te doy gracias por haberme escuchado (Jn 11:41).
En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por todos ustedes y porque su fe se difunde por todo el mundo (Ro 1:8).
¡Pero gracias sean dadas a Dios, de que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo! (1 Co 15:57).
No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias (Filp 4:6).
Arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe y rebosantes de acciones de gracias, que es como fueron enseñados (Col 2:7).
Que en el corazón de ustedes gobierne la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos (Col 3:15).
Y todo lo que hagan, ya sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él (Col 3:17).
Dedíquense a la oración, y sean constantes en sus acciones de gracias (Col 4:2).
Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me fortaleció, porque me consideró fiel al ponerme en el ministerio (1 Ti 1:12).
Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús (1 Tes 5:18).
Cada vez que aquellos seres vivientes daban gloria, honra y acción de gracias al que estaba sentado en el trono y que vive por los siglos de los siglos (Ap 4:9).
Tú, Señor, eres mi escudo y mi fuerza; en ti confía mi corazón, pues recibo tu ayuda. Por eso mi corazón se alegra y te alaba con sus cánticos.
Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es desechable, si se toma con acción de gracias, pues por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
Y den siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Para que sean ustedes enriquecidos en todo, para toda generosidad, que por medio de nosotros produce acción de gracias a Dios.
Porque si tú alabas a Dios sólo con el espíritu, ¿qué hará el que solamente está escuchando? ¿Cómo dirá «Amén» a tu acción de gracias, si no sabe lo que has dicho?
Pero yo, con voz de alabanza, te ofreceré sacrificios y cumpliré mis promesas. La salvación es tuya, Señor.»
¡Alabemos al Dios de los cielos! ¡Su misericordia permanece para siempre!
¡Lleguemos ante su presencia con alabanza! ¡Aclamémosle con cánticos!
¡Ofrezcámosle sacrificios de gratitud, y jubilosos proclamemos sus obras!
El sacrificio que te ofrezco es mi alabanza; voy, Señor, a proclamar tu nombre.
Te alabo, Señor, porque me escuchas, y porque me das tu salvación.
Pero gracias a Dios, que en Cristo Jesús siempre nos hace salir triunfantes, y que por medio de nosotros manifiesta en todas partes el aroma de su conocimiento.
De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú dominas sobre todo. En tu mano están la fuerza y el poder, y en tu mano también está el engrandecer y el dar poder a todos. Por eso ahora, Dios nuestro, alabamos y loamos tu glorioso nombre.
Es el Dios que me libra de mis adversarios, que me eleva por encima de mis oponentes, ¡que me pone a salvo de los violentos! Por eso alabo al Señor entre los pueblos, y canto salmos a su nombre.
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Por tus yagas Señor yo seré curada xq tu Señor me das mi sanación en ti confio Padre.
Que Dios llene de paz luz y bendiciones sus vidas con su amor infinito