40 Salmos de Fortaleza

Salmos de Fortaleza en Dios
Salmos de Fortaleza en Dios – Reina Valera Contemporánea (RVC).

Salmos de Fortaleza en Dios en Tiempos Difíciles

Explora el consuelo espiritual en tiempos difíciles a través de este artículo centrado en los Salmos de fortaleza en Dios. Sumérgete en las palabras que han sostenido a generaciones, revelando cómo estos versículos transmiten coraje y esperanza en medio de adversidades. Descubre cómo los Salmos de fortaleza se convierten en refugio en momentos de lucha y dolor, ofreciendo una conexión profunda con lo divino. Desde la superación personal hasta la confianza inquebrantable.

Salmos 18:1

Mi Señor, mi fortaleza, ¡yo te amo!.

Salmos 18:2

Mi Señor y Dios, tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador! Tú eres mi fuerza y mi escudo, mi poderosa salvación, mi alto refugio. ¡En ti confío!.

Salmos 18:32

Dios es quien me infunde fuerzas; Dios es quien endereza mi camino.

Salmos 18:39

Tú me infundiste fuerzas para la batalla, para vencer y humillar a mis adversarios.

Salmos 22:19

Pero tú, Señor, ¡no te alejes! Tú eres mi fuerza, ¡ven pronto en mi ayuda!.

Salmos 27:1

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién podría yo temer? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿quién podría infundirme miedo?.

Salmos 28:7

Tú, Señor, eres mi escudo y mi fuerza; en ti confía mi corazón, pues recibo tu ayuda. Por eso mi corazón se alegra y te alaba con sus cánticos.

Salmos 29:11

El Señor infunde poder a su pueblo y lo bendice con la paz.

Salmos 31:2

¡Inclínate a escucharme! ¡Ven pronto en mi ayuda! ¡Sé tú mi roca fuerte, la fortaleza que me salve!.

Salmos 31:3

Ciertamente, tú eres mi roca y mi castillo; guíame; encamíname por causa de tu nombre.

Salmos 31:4

Sácame de la red que me han tendido, pues tú eres mi refugio.

Salmos 37:39

La salvación de los justos proviene del Señor; él les da fuerzas en momentos de angustia.

Salmos 46:1

Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en todos los problemas.

Salmos 59:9

Con tu poder, Dios mío, me siento protegido; ¡tú, Dios mío, eres mi defensa!.

Salmos 59:17

A ti y a tu poder cantaré salmos, porque tú, Dios mío, eres mi fortaleza; ¡eres mi Dios de misericordia!.

Salmos 61:3

Porque tú eres mi refugio, ¡eres fuerte torre que me protege del enemigo!.

Salmos 62:7

Sólo Dios es mi salvación y mi gloria; ¡Dios es mi roca fuerte y mi refugio!.

Salmos 71:3

¡Sé para mí una roca de refugio, en donde siempre pueda resguardarme! Sólo tú puedes decretar mi salvación, porque tú eres mi roca y mi fortaleza.

Salmos 71:7

Muchos se sorprenden al verme, porque tú eres para mí un sólido refugio.

Salmos 73:26

Aunque mi cuerpo y mi corazón desfallecen, tú, Dios mío, eres la roca de mi corazón, ¡eres la herencia que para siempre me ha tocado!.

Salmos 81:1

Cantemos con gozo a Dios, nuestra fortaleza; aclamemos con júbilo al Dios de Jacob.

Salmos 84:5

¡Cuán felices son los que hallan fuerzas en ti, los que ponen su corazón en tus caminos!.

Salmos 84:7

Van de victoria en victoria, hasta llegar a verte, oh Dios, en Sión.

Salmos 89:21

Mi mano estará siempre con él; mi brazo siempre lo fortalecerá.

Salmos 89:26

Él me dirá: “Tú eres mi padre. Eres mi Dios, la roca de mi salvación”.

Salmos 89:40

Has derribado todas sus murallas; ¡has destruido sus fortalezas!.

Salmos 91:2

«Tú eres mi esperanza, mi Dios, ¡el castillo en el que pongo mi confianza!».

Salmos 94:22

Pero tú, Señor, eres mi refugio; eres mi Dios y la roca en que confío.

Salmos 95:1

¡Vengan y con alegría aclamemos al Señor! ¡Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación!.

Salmos 96:6

En su presencia hay alabanza y magnificencia; en su santuario hay poder y gloria.

Salmos 105:4

¡Busquen el poder del Señor! ¡Busquen siempre a Dios!.

Salmos 118:14

El Señor es mi fuerza, y a él dedico mi canto porque en él he hallado salvación.

Salmos 118:19

¡Ábranme las puertas donde habita la justicia! ¡Quiero entrar por ellas para alabar al Señor!.

Salmos 118:22

La piedra que los constructores rechazaron, ha llegado a ser la piedra angular.

Salmos 118:27

El Señor es Dios, y nos brinda su luz. ¡Que comience la fiesta! ¡Aten las ofrendas a los cuernos del altar!.

Salmos 119:28

La ansiedad me corroe el alma; ¡susténtame con tu palabra!.

Salmos 144:1

¡Bendito seas, Señor, mi roca! Tú me entrenas para la batalla; fortaleces mis manos para el combate.

Salmos 144:2

Tú eres mi castillo de misericordia, mi fortaleza, mi libertador; eres mi escudo, y en ti me refugio; ¡tú haces que los pueblos se sometan a mí!

Salmos 144:10

Tú eres quien da la victoria a los reyes; tú libras de la espada a tu siervo David.

Salmos 147:13

El Señor refuerza los cerrojos de tus puertas, y bendice a los que habitan dentro de tus muros.

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