Salmos sobre la Bondad de Dios en la Biblia
Sumérgete en la esencia reconfortante de la bondad divina a través de este enriquecedor artículo. Explora cómo los Salmos que resaltan la bondad de Dios en la Biblia han sido faros de luz en tiempos de oscuridad. Estos versículos intemporales revelan cómo la bondad divina se extiende a través de la creación, brindando esperanza y refugio en momentos de necesidad. Desde el consuelo en la aflicción hasta la confianza en el camino.
Salmos 25:8
El Señor es bueno y recto; por eso enseña a los pecadores el camino.
Salmos 31:19
¡Cuán grande es tu bondad, la cual reservas para los que en ti confían! ¡Delante de todos la manifiestas a los que en ti buscan refugio!.
Salmos 33:5
El Señor ama la justicia y el derecho; la tierra está llena de su misericordia.
Salmos 34:8
¡Prueben ustedes mismos la bondad del Señor! ¡Dichoso aquél que en él confía!.
Salmos 36:7
Dios mío, ¡cuán preciosa es tu misericordia! ¡La humanidad se acoge a la sombra de tus alas!.
Salmos 52:1
Y tú, fanfarrón, ¿por qué presumes de tu maldad? ¡La misericordia de Dios es constante!.
Salmos 69:16
Señor, por tu bondad y misericordia, ¡respóndeme! Por tu infinita piedad, ¡dígnate mirarme!.
Salmos 86:5
Tú, Señor, eres bondadoso y sabes perdonar; ¡grande es tu misericordia para los que te invocan!.
Salmos 89:1
Por siempre alabaré la misericordia del Señor; de una generación a otra, mis labios exaltarán tu fidelidad.
Salmos 100:5
¡El Señor es bueno! ¡Su misericordia es eterna! ¡Su verdad permanece para siempre!.
Salmos 103:4
El Señor te rescata de la muerte, y te colma de favores y de su misericordia.
Salmos 106:1
¡Aleluya! ¡Alabemos al Señor, porque él es bueno, porque su misericordia permanece para siempre.
Salmos 107:1
¡Alabemos al Señor, porque él es bueno; porque su misericordia es constante!.
Salmos 116:5
El Señor es justo y compasivo; nuestro Dios es todo bondad.
Salmos 117:2
¡Grande es su misericordia por nosotros! ¡La fidelidad del Señor permanece para siempre! ¡Aleluya!.
Salmos 118:1
¡Alabemos al Señor, porque él es bueno; porque su misericordia permanece para siempre!.
Salmos 136:1
¡Alabemos al Señor, porque él es bueno! ¡Su misericordia permanece para siempre!.
Salmos 145:8
El Señor es compasivo y lleno de ternura; lento para la ira y grande en misericordia.
Salmos 145:9
El Señor es bueno con todos, y se compadece de toda su creación.
Salmos 147:5
Nuestro Señor es grande y poderoso, y su sabiduría no tiene límite.
Salmos 147:8
El Señor cubre de nubes los cielos, y hace que llueva sobre la tierra;
El Señor hace crecer la hierba de los montes.
Salmos 147:11
El Señor se complace en los que le honran, y en los que confían en su misericordia.
Salmos 145:15
Todos fijan en ti su mirada, y tú les das su comida a su tiempo.
Salmos 145:16
Cuando abres tus manos, colmas de bendiciones a todos los seres vivos.
Salmos 145:20
Tú, Señor, proteges a los que te aman, pero destruyes a los malvados.
Salmos 146:7
Hace justicia a los oprimidos, y da de comer a los que tienen hambre. El Señor da libertad a los cautivos.
Salmos 147:14
El Señor mantiene en paz tus fronteras, y te sacia con lo mejor del trigo.
Salmos 31:21
¡Bendito seas, Señor! ¡Grande ha sido tu misericordia por mí! ¡Me pusiste en una ciudad fortificada!.
Salmos 36:10
Muestra tu misericordia a los que te conocen; muestra tu justicia a los de recto corazón.
Salmos 107:8
¡Alabemos la misericordia del Señor y sus grandes hechos en favor de los mortales!.
Salmos 3:8
A ti, Señor, te corresponde salvar; ¡derrama tus bendiciones sobre tu pueblo!.
Salmos 20:4
Que responda a los deseos de tu corazón y te conceda todas tus peticiones.
Salmos 29:11
El Señor infunde poder a su pueblo y lo bendice con la paz.
Salmos 41:1
¡Dichoso aquél que piensa en los pobres! En los días malos el Señor lo ayudará.
Salmos 65:4
¡Cuán dichoso es aquel a quien tú escoges y lo llevas a vivir en tus atrios! Nosotros quedamos plenamente satisfechos con las bondades de tu casa, con las bendiciones de tu santo templo.
Salmos 84:12
Señor de los ejércitos, ¡cuán dichoso es el que en ti confía!.
Salmos 89:52
¡Bendito sea el Señor para siempre! ¡Amén, y Amén!.
Salmos 106:48
¡Bendito seas Señor, Dios de Israel, desde siempre y hasta siempre! Que todo el pueblo diga: «¡Amén!» ¡Aleluya!.
Salmos 115:15
¡Benditos sean ustedes por el Señor, creador del cielo y de la tierra!.
Salmos 127:3-5
Los hijos son un regalo del Señor; los frutos del vientre son nuestra recompensa. Los hijos que nos nacen en nuestra juventud son como flechas en manos de un guerrero. ¡Dichoso aquél que llena su aljaba
con muchas de estas flechas! No tendrá de qué avergonzarse cuando se defienda ante sus enemigos.
Salmos 128:1-2
¡Dichosos todos los que honran al Señor! ¡Dichosos los que van por sus caminos! ¡Dichoso serás, y te irá bien, cuando te alimentes del fruto de tu trabajo!.
Salmos 144:15
¡Dichoso el pueblo que tiene todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor!.
Salmos 146:5
¡Dichosos los que confían en el Dios de Jacob, los que cuentan con la ayuda de Dios, el Señor!.
Salmos 1:1
Bienaventurado el hombre que no anda en compañía de malvados, ni se detiene a hablar con pecadores, ni se sienta a conversar con blasfemos.
Salmos 65:4
¡Cuán dichoso es aquel a quien tú escoges y lo llevas a vivir en tus atrios! Nosotros quedamos plenamente satisfechos con las bondades de tu casa, con las bendiciones de tu santo templo.